Pacto Generacional

Por un nuevo pacto entre generaciones

Presentaciones y acuerdos:

  • 25 de Febrero de 2004
  • Protocolo Acuerdo Marco Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Ver Acuerdo (PDF)
  • Miércoles 14 de abril de 2010 a las 17:30h
  • Nº sesión: 29: Comisión no permanente de seguimiento y evaluación de los acuerdos del Pacto de Toledo IX LEGISLATURA
  • Ponencia de. D. José Antonio Gallego Soto, representante de la Fundación Pacto Generacional, para informar sobre temas relacionados con el objeto de la Comisión





(Núm. Exp. 21/0005454/0000)

Yo soy la experiencia, tu eres el tiempo

El pacto Generacional es una respuesta práctica y tangible a una contundente demanda social intergeneracional. Los jóvenes necesitan un entorno que les permita canalizar su potencial humano -evolutivamente mayor, generación tras generación-. Por otra parte, los mayores, necesitan encontrar vías satisfactorias para volcar su experiencia vital y profesional acumulada durante años, dignificando y doctorando así, su última etapa latente. Este intercambio, entre generaciones, acelerará el desarrollo individual y, por tanto, colectivo de nuestra sociedad.

Para ambas generaciones esto supondrá, reducir substancialmente, la frustración, la falta de expectativas, el miedo a situaciones desconocidas, el sentimiento de inutilidad, la aceleración de proceso psicopatológicos y psicosiciales, la angustia vital, la apatía individual y social, etc.

Una mayor capacitación social y profesional para los jóvenes - mediante este sistema y el retorno social de los mayores, hace que sea posible vislumbrar un nuevo orden social basado en la aceleración del conocimiento y la participación activa de un muy superior número de personas mayores en actividad productiva y económica asumiendo una nueva fución social .

Transferencia Intergeneracional

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Por un pacto activo, solidario y no mecánico entre generaciones

El programa « pacto Generacional » o « pacto intergeneracional » no es un principio filosófico. Es cierto que, para EINSMER, es un modo de entender la organización e identificar los activos de experiencia y conocimiento. Pero también, es un conjunto de acciones que pretenden poner en valor la importancia de seguir contando con las personas mayores, para establecer, mecanismos de « solidaridad intergeracional conscientes », no « mecánicos » como los actuales.

Esto significa, por ejemplo, no ampliar la edad de jubilación por decreto, en lugar de promover la continuidad de la actividad laboral de las personas mayores reformulado el papel que, en un determinado estadio de su vida, pueden jugar. No debemos seguir, necesariamente, más años haciendo lo mismo.

Es posible, por ejemplo, que una persona mayor pueda aportar más en la formación profesional –estableciendo el modelo de transferencia adecuado en cada caso- que en la función laboral que desarrolla en edad de pre-jubilación.

Profundizar en la idea garcineniana –de García-Nieto Paris- de reformular nuevas ocupaciones socialmente útiles y económicamente viables que favorezcan la transferencia intergeneracional de experiencia vital y profesional.

El acto de prejubilar no debe ser una carga para el Estado y las organizaciones. Con esta finalidad promovemos en 1995 el modelo de jubilación flexible, en el marco de la Comisión no permanente del Pacto de Toledo sobre las pensiones. Pero siempre un modelo de « jubilación flexible » apoyado por un Plan Estratégico modelable y que seguimos reivindicando en la actualidad

¿Por qué? –de ahí ser conscientes del acto de solidaridad intergeneracional- porque hipotéticamente parece razonable que si las personas somos dignificadas –y no jubiladas en su acepción peyorativa- el sistema productivo y de sociedad que nos hemos dado, mejorará. Tan solo porque el Sistema no es un orden, es la suma del estado en el que se encuentran las personas que lo forman.

Y esto quiere decir, que una parte sustancial de los costes del sistema de salud y de pensiones se optimizará. La economía local –microeconomía o economía de nuestro bolsillo-, en consecuencia mejorará; la educación y la productividad en nuestras empresas aumentará –mejor capacidad de competencia de las personas y nuestras organizaciones-, …

Merece entonces la pena continuar a nivel de Estado y Estados, un Programa como el Pacto Generacional.

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Acto de Constitución de la Fundación Pacto Generacional

La solidaridad intergeneracional

Aportación del Profesor Antonio Marzal Fuentes al Programa Pacto Generacional.

Un sistema de seguridad social, y, de un modo más concreto, un sistema de seguridad social referido a la protección de la vejez -en la jubilación, o en el retiro definitivo de la vida del trabajo por incapacidad-, no es más que un gran sistema de solidaridad -las cargas de los que, por un motivo u otro, por edad o por incapacidad, dejan definitivamente el trabajo son asumidas por los demás -, y un gran sistema de solidaridad intergeneracional -la responsabilidad de la protección de la generación que se retira del trabajo es asumida por de la generación siguiente, como aquélla lo fue por la anterior-.

Esto siempre ha sido así en términos de realidad. Siempre y de una manera espontánea, biológico-cultural, el principio de la solidaridad intergeneracional ha regulado moralmente la protección intergeneracional: la generación mejor situada protege a la que lo está peor; la generación activa -la que puede proteger-, a la pasiva -la que necesita ser protegida-. Ello es la expresión de un principio sistémico inscrito en la naturaleza biológica, cultural, o moral del hombre: el del retorno, consciente o inconsciente, a la generación ahora necesitada de protección de lo que ella hizo con la anterior.

Un sistema de seguridad social referido a la protección de la generación que se retira del trabajo no es más que la asunción jurídica de ese hecho biológico, cultural o moral. El sistema de reparto -de cargas y beneficios- inscrito en el derecho desde finales del XIX no hace más regular e instrumentar con reglas jurídicas ese sistema de solidaridad intergeneracional, que vive su etapa de mayor esplendor en la economía de la inmediata segunda postguerra..

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La crisis de la solidaridad intergeneracional

Pero precisamente por ello, por la estrecha correlación que se ha dado en los hechos entre protección social y esplendor económico, por un lado, y, por otro, por su automatismo inconsciente, o casi inconsciente, como funcionamiento, el sistema de la solidaridad intergeneracional entró en una profunda crisis en cuanto cambiaron, con la crisis económica de los 70 y con los cambios culturales que la acompañaron, las condiciones sociales y demográficas en los que se basó su funcionamiento durante el esplendor de la segunda postguerra

Con la crisis económica vino la crisis del empleo, y ambas crisis desencadenaron la crisis del sistema financiero sobre el que se apoyaba la solidaridad intergeneracional. Pero las reacciones necesarias tardaron en llegar, y cuando llegaron se tardó aún más en descubrir que las imágenes del automatismo de su funcionamiento con las que habíamos vivido hasta entonces eran más un espejismo que una realidad. Un descubrimiento que, al fin, nos obligaría a plantearnos las cosas como un sistema cultural -que es lo que en realidad era- más que como un sistema financiero -que sólo era la expresión de aquél-..

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Por un pacto intergeneracional

Para ello tendrían que cambiar no sólo cosas, sino sobre todo actitudes. Lo primero que habría que cambiar eran justamente esas imágenes de automatismo con las que aparentemente habría funcionado el sistema, con escasa conciencia por parte nuestra de que lo que habíamos puesto en marcha era un sistema de solidaridad intergeneracional. En adelante la solidaridad intergeneracional tendría que aprender a funcionar como un pacto consciente y fundante, previo a los mecanismos instrumentales jurídicos, por el cual las diferentes generaciones asumirían, las unas con respecto a las otras, sus obligaciones morales, recíprocas y sucesivas, de solidaridad. La nueva solidaridad intergeneracional tendría que ser una solidaridad consciente, moralmente asumida, y sólo entonces convertida en derecho. Eso es lo que significa, y de eso es imagen, la propuesta de un pacto intergeneracional.

Por otro lado, y para que ese pacto fundante del nuevo sistema pueda funcionar como lo que es, como realidad moral, no como realidad sólo mecánica, será necesario que se extienda no sólo a la protección clásica de una generación delimitada con fronteras precisas de la otra, sino también a todos los intersticios que se dan en los hechos entre las sucesivas generaciones. A los intersticios de la protección clásica, por la que la generación que se retira se apoya en la que entra –unidireccionalmente-, y a los intersticios nuevos en los que se da la transmisión a la generación que viene de la experiencia del trabajo de la que se va.

Ese relevo de generaciones, así concebido y ahora regulado por el pacto intergeneracional, se hará así más gradual que hoy -retraso de la jubilación en formas distintas de trabajo, coexistencia de jubilación y determinadas formas de trabajo...-, más integrativo -la generación que se retira lo hace traspasando su experiencia a la generación siguiente como un retorno moralmente debido- y más eficaz -las nuevas actitudes creadas por el pacto intergeneracional crearán necesariamente nuevas reglas que hacen posible la supervivencia del sistema financiero, sin el cual no es posible realmente el ejercicio de esa solidaridad-.

En la estantería